La versatilidad musical de Confeti de Odio está ya fuera de toda duda. El madrileño se pasea como si nada por los múltiples caminos de eso que llamamos “pop”, siempre con solvencia, carisma y una acusada personalidad. En su nueva canción, la arrebatadora Sudando, opta por su faceta más intimista, ofreciendo una fragilidad arrebatadora que nos remite a los Elliott Smith o Sufjan Stevens más especiales. No son referentes lanzados al tuntún: la nueva entrega de Lucas Vidaur -nombre real de Confeti de Odio– es así de buena.

En la vida hay luces y sombras y que un artista elija iniciar este camino de música folk de alto calado emocional es una decisión que merece ser valorada. Un giro estilístico que demuestra que más allá de cifras y algoritmos, queda la música. En Sudando, Lucas apenas necesita una guitarra acústica y una voz para conmover al oyente. Son menos de dos minutos de emoción a flor de piel que medita sobre el amor sin ambages ni ironía: sólo hay espacio para la verdad.

Juan Pedrayes (Carolina Durante, Axolotes Mexicanos) se encarga de producción y arreglos, apostando por el menos es más y dejando que la naturalidad fluya en una grabación que parece una polaroid sacada de un momento de máxima intimidad. Como ver a través de una rendija. La mezcla y master es obra de Bernardo Calvo.